Un ambiente para soñar

La habitación en la que dormimos y el sistema utilizado serán fundamentales para hacer que asociemos la noche y el lugar con el descanso. Para ello, son necesarias unas normas básicas que no sólo hace falta disponer sino también mantener. Lea esta ayuda y prepárese para conseguir un ambiente de ensueño.

Como cualquier otra actividad, descansar requiere de un espacio habilitado para ello y un equipo preparado para tan importante tarea. Disponer de todas estas características es el primer paso para conseguir felices sueños.

Nuestro cerebro posee una capacidad inmensa pero, en ciertos aspectos, obedece sólo a los estímulos más directos. Desde pequeños hemos acostumbrado a nuestra mente a la siguiente fórmula: cama + noche = sueño. Por eso, desde el momento en que variamos los estímulos, estamos abriendo la puerta al insomnio y a las noches sin descanso.

La habitación es únicamente para dormir

El primer error que cometemos en contra de nuestro descanso es convertir la habitación en un espacio multifuncional. A medida que aumentan nuestras aficiones y disminuyen los metros de la vivienda, las habitaciones se van pareciendo a las suites de los hoteles, con toda la tecnología a nuestro alcance.

El cansancio acumulado durante el día y las ansias de comodidad conducen a utilizar el dormitorio como comedor, salón, despacho o espacio de ocio. En esta circunstancia resulta muy difícil distinguir en qué momento debemos pasar de la vigilia al sueño.

Para lograrlo hay que recuperar el valor tradicional del dormitorio y utilizarlo exclusivamente para dormir. De esta manera, quedan prohibidas en esta estancia, y mucho menos sobre la cama, actividades como comer, ver la televisión, estudiar, trabajar, etc.

Suena drástico pero son restricciones imprescindibles para realizar un paréntesis en las rutinas diarias. Las únicas actividades que se permiten en la habitación son el sexo y alguna técnica relajante como, por ejemplo, una lectura sencilla que nos ayude a evadirnos de los problemas del día a día.

Cuando hay niños en casa, es difícil destinar una habitación como dormitorio y otra para el estudio. En estas circunstancias, los niños deben diferenciar entre el horario de estudio y el horario de sueño y, antes de descansar, recoger el material escolar para mantener la estancia lo más ordenada posible.

En este sentido, el orden es sumamente importante para que nuestra mente repose. En una habitación llena de objetos innecesarios será muy difícil conciliar el sueño. Para conseguirlo empiece por hacer limpieza. Verá como después de liberar espacio en esta estancia, aprovecha mejor las horas de sueño.

Un sueño tranquilo y confortable

Para disfrutar de una noche tranquila y confortable hay que luchar contra los dos enemigos del descanso: el ruido y la luz.

El ruido puede proceder de la calle, de la comunidad de vecinos o del otro lado de la cama, pues de la misma manera que nos despierta una sirena que suena de noche o el bebé de los vecinos que llora, también nos molestan los ronquidos de nuestra pareja.

Las armas contra el ruido dependerán del grado de contaminación acústica que tenga su dormitorio y oscilarán entre los clásicos tapones para los oídos hasta la necesidad de aislar paredes y ventanas. Una solución más factible es cubrir el suelo con moqueta o alfombras y colgar cortinas gruesas y opacas que, además de disminuir el ruido, evitarán la entrada de luz.

De esta manera, al amanecer no nos despertaremos con los primeros rayos de sol que, aunque suene romántico, es poco operativo.

También, es importante mantener la habitación sin referencias horarias pues está demostrado que el durmiente que se despierta durante la noche y no consulta la hora, recupera el sueño con mayor facilidad. Así, además de mantener las persianas bajadas, deberíamos situar el despertador de espaldas a nosotros para evitar la tentación de mirarlo.

Por último, para conseguir una habitación confortable hay que tener una temperatura adecuada que, generalmente, oscila entre los 18 º y los 22º. Además, hay que mantener el ambiente ligeramente húmedo, pues de otra manera, se resecan los orificios nasales y las vías respiratorias, dificultando el sueño. En este sentido, si en invierno utiliza calefacción, coloque un humidificador o un recipiente con agua.

Por la mañana, al despertarse, se debe dedicar un tiempo a ventilar la habitación y el equipo de descanso.

El equipo de descanso

Tan importante como ocuparse de la estancia es mantener el equipo de descanso en condiciones óptimas. Por muchos cambios de rutina que adoptemos, nada será efectivo si al acostarnos, lo hacemos sobre un colchón inadecuado.

Revise su colchón periódicamente y compruebe que sus condiciones son óptimas. En líneas generales, un colchón debe ser confortable e higiénico. Además, debe adaptarse a la altura y peso del durmiente.

Para ser confortable, el colchón debe regirse por las leyes de la ergonomía en descanso, es decir, debe sustentar todas las partes de nuestro cuerpo y ajustarse a nuestra anatomía. Con ello mantendrá la columna vertebral alineada y evitará la aparición de puntos de presión que nos obliguen a ir cambiando la postura durante la noche.

En cuanto a la sensación de comodidad, los expertos recomiendan huir de los extremos. De esta manera, ni son óptimos los colchones muy blandos ni los excesivamente duros. Lo mejor es optar por una firmeza intermedia.

Respecto a la higiene, tanto el núcleo del colchón como el tejido exterior deben estar tratados para evitar la sudoración o, en todo caso, mitigar su efecto.

En este sentido, la ropa de cama también tiene un factor importante. Las sábanas realizadas con 100% algodón natural permiten una mayor circulación del aire, por lo que la humedad se va fácilmente. Por eso, son frescas en verano y guardan el calor en invierno. Mezcladas con una pequeña cantidad de poliéster se secarán más rápido y no se arrugarán tanto. Cuanto más sintético sea el material de la ropa de cama peor será la ventilación del equipo de descanso.

Junto a la ropa de cama, el tejido exterior del colchón también es importante. Para favorecer la higiene del colchón, en el mercado existen tejidos que incorporan distintos tratamientos antiácaros y antibacterias.

Las fundas exteriores de los colchones de La Tienda HOME están equipadas con estos tratamientos y, además, poseen otras propiedades como el efecto antiestrés que favorece un descanso más relajado y duradero.

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