Colchones de látex

A priori, los colchones de látex están formados por un bloque de látex envuelto en una funda acolchada. Esta capa acolchada puede presentar distintos tratamientos y acabados. Sin embargo hay que tener presente que existe látex natural y látex sintético. El látex natural se obtiene del árbol de caucho y el látex sintético es un derivado del petróleo. A mayor porcentaje de látex natural en su composición, mayor será la calidad del colchón.                                                                                                             

Los colchones de látex ofrecen un descanso mullido y presentan excelentes resultados para quienes duermen boca arriba o de costado. A diferencia de los colchones de muelles, los modelos de látex no llevan ningún tipo de mecanismo en su interior. Esto los convierte en insonoros y con una duración más larga. Por último, se trata de colchones sin cargas estáticas, por lo que son antialérgicos, resistentes al polvo y a la suciedad. Todas estas características permiten obtener una buena relación calidad-precio.

Sin embargo, no se debe recomendar los colchones de látex durante la etapa de crecimiento, considerando esta etapa aproximadamente la edad comprendida entre los 2 y los 9 años. El motivo es que durante este periodo, las condiciones físicas del niño cambian radicalmente, con lo que es más aconsejable utilizar un colchón de mayor firmeza. Además, estos colchones tampoco soportan protectores impermeables, como los que se pueden usar para proteger el colchón de las pérdidas de orina de los pequeños, pues necesitan transpirar. Por esta misma razón, los colchones de látex sólo se pueden colocar sobre una superficie que no impida este proceso. Las bases más válidas son los somieres de láminas de madera o tacos tipo Cross Fit.

  • Tipo de base recomendada: Somier multiláminas                         
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