Alfombras Kilim

Siguiendo con nuestro ciclo de alfombras, hoy llegamos a una de nuestras categorías favoritas: las alfombras Kilim. Si bien éstas no son alfombras en el sentido estricto de la palabra, sí que cumplen la misma función. Los Kilim no tienen una denominación de origen o un lugar de fabricación concreto, pues su historia transcurre en paralelo a la de las alfombras persas. Pero, ¿qué diferencia existe entre ellas?
 
En primer lugar, como hemos comentado en artículos anteriores, una alfombra persa se compone de una urdimbre de hilos de algodón, sujeta a un telar, sobre la cual se van tejiendo complicados y apretados nudos con hebras de lana o seda, que son los que darán cuerpo a la alfombra y ese tacto aterciopelado tan típico. Por su parte, un kilim es, básicamente, el resultado de tejer la urdimbre (los hilos verticales) con la trama (los hilos horizontales), dando lugar a un tejido plano, similar a un tapiz o manta. Los kilims tienen, por tanto, un tacto más áspero y tosco, así como un grosor inferior al de una alfombra.
 
Ejemplos de alfombras Kilim
 
Las alfombras kilim tienen ventajas e inconvenientes debido a su composición. Si bien, son frescas y ligeras, no son tan resistentes al uso y al paso de tiempo como las alfombras persas. Además, se suelen arrugar y ensuciar más, porque no retienen el polvo, sino que quedan impregnados de él, lo que hará que tengamos que sacudirlas y aspirarlas con mayor asiduidad. Aún así, existen algunos kilims reversibles que pueden irse utilizando tanto una parte como por la otra, alargando, de esta manera, su vida útil.
 
Otro de los aspectos a tener en cuenta a la hora de comprar un kilim es que estas alfombras están llenas de pequeños agujeros, lo que puede ocasionar alguna rotura o desgaste. Hay que tener en cuenta que al tejer una alfombra kilim, los artesanos tienen que ir cambiando el color de los hilos de la trama, con lo que por cada cambio de hilo queda un agujerito minúsculo, que puede ensancharse si no las cuidamos adecuadamente. Con las alfombras persas sucede lo contrario: la urdimbre y la trama sirven de lienzo para anudar las hebras de lana, y además le dan consistencia a la pieza.
 
Estas alfombras o tapices, denominados originalmente como ‘kilim’, ‘kelim’ o ‘gilim’, destacan por su variedad de estampados y colores. Los detalles son en su mayoría geométricos o con flores puntiagudas, pues su composición y propósito funcional los favorece. Actualmente está muy de moda utilizar kilims para decorar hogares de estilo urbano (con distintos colores), nórdico (tonos neutros) o minimalista (en gris, blanco o negro), y se pueden ver tanto en los suelos como en las paredes, como si se tratara de tapices. También es bastante común verlos a modo de colcha o cobertor para la cama o el sofá en ambientes decorados con un cierto aire étnico y oriental.
 
 
Existen alfombras kilims de distintas modalidades de acuerdo con su lugar de procedencia y sus estampados típicos. Algunos de los más conocidos son los los kilims turcos, los afganos, los moldavos o los persas, creados paralelamente a sus famosas alfombras. Por ejemplo, los kilims moldavos y búlgaros se diferencian por sus dibujos de rosas. Estos llevan fondos en colores oscuros para hacer destacar las rosas estampadas en rojo o rosa, y sus hojas en distintos tonos de verde. Por su parte, las afganas o las turcas destacan por sus motivos geométricos y escalonados, y por el uso de tonos más oscuros.
 
Como hemos mencionado antes, hay algunos modelos de kilim que son reversibles. Esto se debe que los motivos del tejido se crean girando los hilos de lana o algodón de la trama, dando como resultado un dibujo idéntico por las dos partes. En algunas, ocultan los hilos entre la urdimbre, pero en otras, como las Sumakh, se deja los colgar libremente en la parte posterior de la alfombra, dando lugar a hebras sueltas y nudos, que pueden dejarse al aire si nos gustan, como parte del componente decorativo de estas piezas.
 
En los kilims sólo se utilizan materiales naturales como el algodón (en la urdimbre) y la lana o la seda (en la trama). Originalmente, los tintes de las lanas se extraían de plantas y de minerales, tal como ocurría también con las alfombras persas, pero ahora, pese a su producción semi-artesanal, se utilizan tintes sintéticos que se fijan con mayor rapidez y duran más. La elección de estos materiales y no de otros tiene que ver con su perdurabilidad y con su tradición. A día de hoy, no existen alfombras kilims antiguas pero aún se conservan algunas que sirven de inspiración para crear los más modernos y actualizados.
 
Los kilims originales eran producidos principalmente por las tribus nómadas de la zona de Oriente Medio y Europa Oriental (Turquía, la zona de los Balcanes, Bulgaría, Moldavia, etc.) y los utilizaban como alfombras sin flecos, tapices, cortinas para las tiendas y mantas para cubrir las camas, bancos y sillas. Además servían como mantas para montar o como esterillas cuando estos dormían al aire libre durante una ruta.
 
Se tiene constancia de cuáles eran las tribus que mejores kilims hacían y conservan modelos producidos por ellos que siguen inspirando a los artesanos contemporáneos, para crear las piezas que decorarán nuestras casas y le darán ese toque especial. Es así, como algunas de ellas siguen dando nombre a los modelos actuales, tanto como su lugar de procedencia: Sumakh, Senneh, Fars, Qashqai, Galmuri, Maliki, Maimane o el Golbarjasta.
 
Todas ellas son modelos perfectos para decorar tu hogar sin gastarte una fortuna. Analiza el estilo de tu hogar, en qué lugar las colocarías y qué tamaño necesitarías, los colores predominantes en tu decoración, los estampados que más repiten y qué toque quieres darle a tus ambientes. En decoración, todo va cargado de intención y deberás tenerlo en cuenta. Si deseas darle un aire oriental o africano a tu estancia, respetando el minimalismo del blanco y el negro, te recomendamos que escojas un kilim en estos dos colores, estampado con rombos y un poco de textura. Si por el contrario, la quieres para decorar una entrada de estilo clásico y darle un toque elegante, sin recargar la estancia, deberías optar por un kilim en tonos tierra y con motivos geométricos escalonados.
 
¡Encuentra tu alfombra ideal y dale un toque especial tu hogar!
 
A continuación te dejamos un video en el que se muestra la fabricación artesanal de las alfombras.
 

 

 


 

 

 

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