La funda, el primer contacto

Los tratamientos

Junto con la composición interna, los tratamientos del tejido exterior del colchón también son importantes para conseguir un correcto descanso. El colchón es un producto que va a usar muchos años durante muchas horas del día, por lo que es fundamental que tenga una buena protección higiénica. Para garantizarle un entorno higiénico, el colchón deberá poseer algún tratamiento contra ácaros, hongos, bacterias y otros microorganismos. Otro factor importante es el calor. Dada la suavidad del material, los colchones de látex envuelven el cuerpo del durmiente, por lo que puede aumentar la sensación de calor. Para evitarlo, es aconsejable buscar modelos con acolchados o tratamientos con efecto antihumedad. Conseguirá un descanso seco y confortable.

¿Fija o desenfundable?

Muchas veces, optamos por fundas con cremallera pensando que son más cómodas de usar. Sin embargo, estas fundas no aportan la sujeción necesaria en la zona interna del colchón, por lo que al mover el cuerpo durante el descanso se deplaza también la funda generándose arrugas y desplazamientos de las capas internas del producto, lo que supone una gran incomodidad durante el descanso. Por otra parte, los modelos desenfundables se venden como más higiénicos. Sin embargo, esta funda, al estar en contacto con la zona interior del colchón, es más frágil y la reparación de cualquier deterioro podría tener un coste elevado, por lo que se debe llevar a la tintorería.
En los colchones con funda fija, al no poderse desenfundar, se recomienda utilizar una funda adicional para retirarla y lavarla en nuestra lavadora, sin necesidad de acudir a la tintorería. Además, si esta funda adicional se deteriora, se puede reemplazar por otra a un precio muy asequible.

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