Origen y propiedades del viscoelástico

Pese a que fue descubierto en medio de la carrera espacial y durante un largo periodo de tiempo su uso fue exclusivamente tecnológico, hoy en día el material viscoelástico es de enorme utilidad doméstica. Su facilidad de adaptación a la presión y al calor son las claves de su éxito en el sector del descanso.

Un descubrimiento de la tecnología espacial

Corría la década de los 60 y la carrera espacial estaba en pleno auge. Los descubrimientos en materia de tecnología aplicada al exterior eran como un secreto de estado, pues la rivalidad entre EEUU y Rusia era más que evidente. En este contexto nace un nuevo material: el viscoelástico.

El descubrimiento se llevó a cabo en el Centro de Investigaciones Ames de la NASA, en California. Hasta ese momento, en el despegue los astronautas soportaban presiones extremas al luchar contra la fuerza de la gravedad mientras permanecían sentados sobre unos asientos fabricados con materiales muy rígidos.

Esto provocaba graves dolores de espalda que, en algunos casos se transformaban en lesiones. Para evitar estos problemas, el departamento de expediciones desarrolló este tipo de espuma para incorporarlo a las lanzaderas espaciales con el objetivo de reducir la presión soportada por el cuerpo de los astronautas durante el despegue. Además, este material también les permitía permanecer tumbados un largo periodo de tiempo sin que el organismo se resintiera.

Los investigadores pronto se dieron cuenta de la importancia del hallazgo pero el secretismo de las investigaciones junto con el alto coste de su fabricación fueron las claves para que las propiedades únicas e innovadoras de este material se limitaran hasta principios de los 90.

Hasta entonces, las técnicas de producción sólo permitían confeccionar pequeñas dimensiones de este material, por lo que su uso doméstico se redujo a las almohadas. Durante muchos años, las almohadas viscoelásticas fueron el remedio de muchos especialistas en pacientes con dolores cervicales crónicos. El principal distribuidor de estos cojines médicos fue Tempur, quien también desarrolló una gama de productos dirigida a los hospitales.

Sin embargo, gracias al desarrollo de las nuevas tecnologías en descanso, en poco tiempo la fabricación de este material se generalizó y, en este momento, las principales firmas del mercado desarrollan colchones viscoelásticos.

Un material con propiedades innovadoras

Técnicamente, el material viscoelástico es una mezcla de poliuretanos de alto rendimiento con una densidad final que varía entre 50 y 95kg/m3, a mayor densidad más calidad. A su densidad hay que añadirle una serie de propiedades únicas que lo convierten en un material muy innovador.

Una de sus propiedades más destacadas es su memoria inteligente, es decir, que al descansar el cuerpo sobre este material la presión se reparte entre distintos puntos de apoyo, de manera que se generan incontables zonas de descanso. Además, es un material atérmico, es decir, que no transmite ni el frío ni el calor.


 

La aplicación de la técnica en el descanso

Los colchones viscoelásticos están formados generalmente por dos capas. La superior es de material viscoelástico, sobre la cual descansa el cuerpo mientras que la capa inferior se compone de una espumación de alta resiliencia y resistencia como por ejemplo AirCell®, HR-35 o ELC-35, entre otros y según modelos. Esta capa es la que se encarga de dar la firmeza y estabilidad necesaria al conjunto.

La adaptabilidad del material viscoelástico se traduce en colchones que proporcionan una disminución de las tensiones musculares y nerviosas consiguiendo que nuestra columna esté en una postura natural, sin forzar las vértebras. Esta adaptabilidad también favorece una circulación sanguínea óptima y una reducción de la agitación nocturna. En definitiva, un descanso mucho más confortable. Además, sus cualidades atérmicas lo convierten en una materia adaptable al peso y al calor corporal que ofrece una agradable sensación de ingravidez. Sin embargo, debido a esta misma sensación, este material no es recomendable para personas que padezcan vértigo, pues ofrece al cuerpo la misma sensación de estar flotando.

Todas estas características y propiedades convierten el viscoelástico en un material de uso médico y terapéutico. Los especialistas se han dado cuenta de que para descansar no es necesario ni un colchón duro ni un colchón blando sino un modelo totalmente adaptable. Además, aprecian la capacidad de este material para aliviar la presión en zonas delicadas e inflamadas, pues se ha comprobado que resultan enormemente beneficiosos en pacientes con problemas de piel, contracturas y dolores de espalda.

Paralelamente, cada vez los consumidores son más conscientes de la importancia de elegir convenientemente el sistema de descanso. Esto se une a una fabricación cada vez más generalizada de este tipo de material que, en consecuencia, ha provocado un descenso de precios. Todos estos factores han aumentado las ventas de colchones viscoelásticos para uso doméstico.

De esta manera, en poco más de 40 años un material que fue descubierto y desarrollado para las misiones espaciales se ha metido en nuestros hogares con la intención de aportar el máximo de confortabilidad. Estas cuatro décadas son un largo periodo de tiempo si lo comparamos con el ritmo de los descubrimientos tecnológicos actuales pero, al mismo tiempo, un gran avance si tenemos en cuenta la calidad que ofrece este tipo de colchones con respecto al resto de materiales del mercado. Es cuestión de puntos de vista.

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