Mantenimiento y cuidados del colchón

Aunque pase desapercibido, el colchón es fundamental en nuestro descanso. Desde el momento de su compra, su limpieza y mantenimiento se debe convertir en el hábito diario de quienes lo ocupan pues, con ello, mantendremos intactas todas sus condiciones. Con el paso del tiempo, inevitablemente, acabará envejeciendo pero hasta entonces, si seguimos una serie de normas básicas, recibiremos una relajada respuesta por su parte.

Nos acostamos todas las noches sobre él y, sin embargo, no le prestamos ninguna importancia. Es nuestro fiel compañero nocturno y, aunque reconocemos nuestra total dependencia hacia él, tampoco perdemos un segundo por agradecerle su esfuerzo. En su casa, el colchón no tiene el mismo protagonismo estético que la lámpara de diseño que exhibe en el salón. En cambio, se trata de un elemento más necesario incluso que la mesa en la que disfruta de sus platos preferidos. Piénselo, en una casa vacía, una de las prioridades es el colchón en el que poder dormir porque el suelo puede funcionar como base pero nunca como soporte de descanso.

Asocama, la Asociación Española de la Cama, aconseja cambiar el colchón como máximo cada 10 años. Esto significa que durante este periodo de tiempo, los componentes del equipo de descanso van perdiendo calidad y efectividad hasta llegar un punto en el que su uso puede perjudicar nuestro descanso. Sin embargo, si no se siguen unos pasos básicos de mantenimiento, esta durabilidad disminuye, es decir, un colchón maltratado en pocos años queda inútil para el descanso, con las repercusiones que esto puede acarrear en cuanto a su calidad de vida.

 

Normas básicas

Uno de los hábitos más importantes que se deben adquirir es la aireación del colchón.

En principio, nada más desembalarlo es conveniente que se deje unas horas para que se ventile completamente. Pero, además, la aireación del colchón debe ser uno de los pasos básicos de la rutina matinal en todos los hogares.

Si hacemos la cama nada más levantarnos no dejaremos que el colchón transpire lo suficiente. Es mejor sacudirlo junto con la ropa de cama para evitar la acumulación de polvo y humedad y, transcurridos 15 minutos, dejar la cama otra vez intacta. En verano, cuando el calor nos ahoga y nuestro cuerpo se alivia mediante la sudoración, alargue este tiempo de ventilación hasta los 30 minutos.

Además, una vez al año coloque el colchón en posición vertical junto a una ventana durante al menos 12 horas y, si su residencia se encuentra en un lugar de clima húmedo, realice este proceso durante 2 o 3 veces al año.

 

Siempre que no se presenten manchas importantes, la limpieza del colchón es un proceso muy sencillo. Como mínimo una vez al mes se debe pasar la aspiradora por ambas caras del colchón para eliminar cualquier resto de polvo o de ácaros.

Para una limpieza más profunda es importante que lea detenidamente la etiqueta del producto por si requiere algún cuidado especial del que no le han informado.

De todos modos, generalmente no se deben realizar limpiezas en seco ni tampoco empapar con profundidad el acolchado, pues la humedad puede afectar a las capas interiores del colchón. El secado siempre se realizará en un lugar ventilado pero sin que el colchón reciba directamente los rayos del sol.

Hay colchones desenfundables, cuya protección exterior se puede lavar de manera independiente. Para ello, se aconseja utilizar un recipiente amplio junto con detergentes neutros y agua fría. Sin embargo, muchas veces, la delicadeza de estas fundas obliga a llevarlas a la tintorería. Si usted tiene un colchón desenfundable le aconsejamos que, antes de lavarlo, consulte las instrucciones pertinentes.

La mejor protección para evitar que el colchón se manche es colocar una funda adicional, independientemente de la funda que incorpora el propio equipo de descanso. Esta funda textil, se convertirá en una barrera entre el colchón y el exterior mientras que, al mismo tiempo se podrá lavar a máquina como cualquier otro tejido. Según el uso que se le dé al colchón, esta funda se debe lavar aproximadamente una vez al mes.

Una buena funda debe ser transpirable, impermeable y de fácil lavado. Asimismo, no es necesario que lleve acolchados, pues el colchón en su composición ya cuenta con suficientes capas para asegurar su descanso. La funda más sencilla de algodón será la mejor protección. Sin embargo, en colchones de látex nunca se debe colocar una funda impermeable, pues por su composición, este tipo de colchones necesita ventilación.

Otro paso esencial en el buen mantenimiento de un colchón es voltearlo y girarlo de tal manera que se eviten deformaciones en el acolchado. La belleza del cuerpo humano reside en la unión de distintos volúmenes que, a su vez, forman un conjunto distinto al de los demás cuerpos. De esta forma, todas las partes de nuestro cuerpo no pesan lo mismo ni tampoco tenemos la misma fisonomía que nuestra pareja, en caso de haberla.

Por eso, durante los primeros 6 meses del colchón se recomienda realizar un volteo semanal para que los rellenos del acolchado se asienten y, de esta manera, evitar la aparición de huellas o marcas. De todos modos, es normal que con el uso el colchón pierda aproximadamente un 10% de altura.

Tras este periodo de adaptación, debe voltear el colchón cada 3 meses. Normalmente, se voltea el colchón de arriba abajo y se gira de cabeza a pies. La única excepción reside en los modelos viscoelásticos que sólo tienen una cara útil, la viscoelástica. Estos colchones únicamente se deben girar de cabeza a pies o al revés, pero nunca de arriba abajo.

 

 

Soporte de descanso, no de combate

Cuando hay niños en casa es habitual que conviertan la cama en un improvisado cuadrilátero en el que saltan para disputar sus mejores combates. Sin embargo, pese a su apariencia mullida a prueba de golpes, no debemos confundir el colchón con cualquier ring de boxeo. Una de las primeras normas que deben aprender los pequeños de la casa es que para que el colchón le ofrezca descanso debe recibir también un buen trato por su parte.

Además, niños y mayores deberán tener en cuenta otras exigencias mínimas para mantener la estabilidad del colchón. Por ejemplo, no hay que ponerse en pie sobre el colchón y, en caso de que sea estrictamente necesario, se debe hacer sobre las esquinas y nunca, nunca sobre su centro.

Asimismo, si nos sentamos siempre en el mismo sitio con el tiempo se pueden originar deformaciones. Por último, sobra decir que no debemos dañar el colchón con objetos punzantes o grandes pesos ni tampoco fumar o encender alguna llama cerca de ellos porque podrían incendiarse.

Además, para mantener las condiciones del colchón es importante contar con una buena base. Los especialistas recomiendan cambiar el equipo de descanso al completo, pues una base dañada puede restar efectividad al colchón. Sea como sea, nunca se debe depositar un colchón sobre una superficie de muelles, pues con ello se perderán todas las garantías del cuerpo superior. Además, es imprescindible que la base recoja completamente al colchón para poder sustentarlo de forma equilibrada y evitar deformaciones.

Los colchones de muelles nunca se combinarán con somieres articulados, pues se trata de modelos extremadamente rígidos. En todo caso, para este tipo de combinaciones exija que el colchón, ya sea de látex, viscoelástico o de cualquier otro tipo de espumación, tenga una articulación máxima.

Por otra parte, los colchones de látex necesitan ventilarse, por lo que se deben mantener lejos de focos de humedad y se combinarán con bases transpirables como, por ejemplo, los laminados de madera.

 

Atención profesional

Estas normas básicas le servirán para mantener cualquier tipo de colchón en perfectas condiciones. Sin embargo, en el sector del descanso hay infinidad de modelos y combinaciones posibles. Cada una de ellas presenta una composición diferente que, en algunos casos, puede ser determinante a la hora de la limpieza. Por eso, es muy importante que no arranque la etiqueta del colchón pues, además de ser necesaria para reclamar la garantía del producto, en ella puede encontrar claves para la higiene de su equipo de descanso.

Para cuestiones más específicas sobre el mantenimiento o limpieza de su colchón no dude en preguntar a los profesionales que le vendieron el modelo en cuestión o, en todo caso, participar en distintos foros relacionados con el sector de la colchonería.

El colchón nos permite descansar y empezar el día de manera relajada. Por nuestra parte, tan sólo debemos dedicarle una pequeña parte de nuestro tiempo, mínima pero suficiente para que conserve sus excelentes cualidades. Porque en el descanso, como en la vida, funcionamos por intercambio.

 

Manteniendo todas estas reglas básicas el colchón le ofrecerá un descanso con las máximas garantías de higiene.

 

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