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Cómo duermen los peces y qué nos enseña su descanso

A primera vista, podría parecer que los peces nunca duermen: siempre están en movimiento y nunca cierran los ojos. Pero lo cierto es que los peces sí duermen, aunque de una manera muy distinta a la de los mamíferos y, por supuesto, a la de los humanos en su colchón.

Comprender cómo duermen los peces nos ayuda a apreciar las diferentes estrategias de descanso en la naturaleza y a reflexionar sobre lo importante que es el entorno para lograr un sueño reparador.

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Los peces duermen con los ojos abiertos

La principal diferencia con nosotros es que los peces no tienen párpados. Por eso, duermen con los ojos abiertos. Esto no significa que no descansen, sino que su cuerpo entra en un estado de calma en el que reducen la actividad, la respiración y el ritmo cardíaco.

Un sueño distinto al de los humanos

A diferencia de nosotros, que pasamos por varias fases de sueño —incluida la fase REM, donde soñamos y el cuerpo se desconecta parcialmente—, los peces nunca alcanzan un descanso tan profundo.

Necesitan permanecer en alerta ante depredadores o corrientes, por lo que su descanso es más ligero y vigilante. Mientras duermen, pueden seguir moviéndose lentamente para mantenerse estables en el agua.

¿Duermen de día o de noche?

Los peces no tienen un horario fijo. Pueden dormir tanto de día como de noche, según sus necesidades. Además, las especies que viven en profundidades donde la luz apenas llega tienen aún menos referencia entre día y noche, por lo que su descanso depende más de su biología interna que de la luz solar.

Cada especie tiene su forma de dormir

Algunas especies de peces han desarrollado estrategias únicas de descanso:

  • El pez roncador emite sonidos mientras duerme, posiblemente para alejar depredadores.

  • El pez loro segrega una mucosa que forma un “capullo protector”, como si fuera una funda invisible para dormir.

  • Otros clavan una aleta en el fondo para evitar que la corriente los arrastre.

Estas adaptaciones muestran que cada especie busca el modo más seguro de descansar, incluso en un medio tan desafiante como el agua.

El curioso caso de los delfines

Aunque no son peces, los delfines merecen mención porque también viven bajo el agua. Su descanso es aún más sorprendente: duermen con un hemisferio cerebral a la vez, manteniendo un ojo abierto.

De este modo, pueden seguir nadando y subir a la superficie para respirar, mientras la otra mitad de su cerebro descansa. Un ejemplo perfecto de adaptación para sobrevivir sin renunciar al descanso.

Lo que los peces nos enseñan sobre el descanso humano

Los peces y otros animales acuáticos nos muestran que cada especie adapta su sueño a su entorno. Ellos buscan seguridad en el agua, mientras que nosotros necesitamos un espacio cómodo y estable.

Si tu descanso es ligero o sientes que no logras desconectar por completo, puede que tu entorno de sueño no sea el adecuado. Al igual que los peces necesitan estrategias para dormir seguros, nosotros también debemos cuidar nuestro colchón, base y almohada.

Descubre cómo mejorar tu descanso:

Conclusión

Los peces, aunque no tengan párpados ni puedan desconectarse totalmente, han desarrollado formas ingeniosas de descansar en un entorno lleno de amenazas. En los humanos, la necesidad es distinta, pero la enseñanza es la misma: el descanso depende del entorno que construimos para dormir.

Así como un pez busca su seguridad en el agua, nosotros debemos buscar la nuestra en un espacio de descanso cómodo y saludable.