Consejos para dormir mejor por las noches

Por la noche, después de un día agotador, lo último que quieres es dormir bien. Pero cuando intentas meterte en tu colchón, ¡te cuesta conciliar el sueño! Entonces das vueltas en la cama, se te tensa la cabeza, te entra más hambre y al final tienes que levantarte... Y así empieza la espiral negativa.
 
Consejos dormir mejor
 
Aquí tienes algunos consejos para dormir bien que te alegrarán el día y, sobre todo, la noche.
 

Crea una rutina, fije un horario

Los humanos somos criaturas de hábitos. Nuestro cerebro funciona mejor cuando nos organizamos mediante hábitos y prácticas, ahorrando energía para utilizarla en lo que realmente importa, como aprender nuevos comportamientos y experiencias. Si no tuviéramos estas funciones, viviríamos en un constante estado de estrés.
 
Por eso es tan importante una rutina a la hora de acostarse, para recordarle al cuerpo que a partir de cierta hora del día es hora de prepararse para ir a la cama. Es muy recomendable establecer el mismo horario para el final de la tarde: cenar, ducharse, acostar a los niños y luego hacer algo para distraerse o relajarse antes de acostarse. Si sigue esta rutina todos los días (en la medida de lo posible), su cuerpo sabrá cuándo es la hora de dormir y evitará la privación de sueño.

Haz ejercicio

El tópico de siempre: el ejercicio tiene grandes beneficios para la salud. Pero el problema es que no tienes tiempo para hacer deporte. No te preocupes, puedes hacerlo. Sólo necesitas mover el cuerpo. Deja el coche aparcado, no cojas el ascensor, no te quedes en casa, no vayas a un café por la noche. Sal a pasear con los amigos o la familia, lleva a tus hijos al parque y camina un poco mientras juegan, camina a todas partes, haz la compra todos los días, no una vez a la semana, y crea oportunidades para moverte...
 
Olvidamos que lo que realmente recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) es mantener una vida físicamente activa, no sedentaria. ¿Por qué? Porque el ejercicio produce neurotransmisores muy beneficiosos que provocan una sensación de bienestar y felicidad, contrarrestan el estrés y nos cansan físicamente. Todos ellos son esenciales para dormir bien.

Cena ligero

No puedes irte a la cama hambriento o lleno. La cena es un factor muy importante que contribuye a un sueño reparador. Si te acuestas con hambre, no podrás dormir. Si te vas a la cama con el estómago pesado, no podrás descansar debido a la digestión y puedes tener pesadillas.
 
Lo ideal es cenar algo ligero y sano. Añadir a tu cena alimentos que contengan vitaminas del grupo B, triptófano y magnesio te ayudará aún más, ya que estas sustancias inducen el sueño. Las almendras y las nueces, los cereales integrales, el queso y la leche bajos en grasa, el pavo y el pollo, el pescado y los plátanos son algunos de los alimentos que inducen al sueño.

La fitoterapia y sus pócimas mágicas

Si vas al médico desesperado porque no puedes dormir bien, desgraciadamente te mandarán somníferos. Esto no solucionará su problema, al contrario, lo agravará. Puede tomar productos y bebidas naturales que le ayuden a inducir el sueño sin medicación. Un herbolario de confianza podrá informarle sobre algunos remedios a base de hierbas. Hierbas como la valeriana, la melisa, la pasiflora y la tila son ejemplos de lo que puede tomar para descansar y, de paso, combatir la ansiedad.

Cea ambiente en la habitación

Factores externos como la luz que entra por las ventanas o los ruidos externos suelen impedir el sueño. Si ya duerme mal, estos factores pueden mantenerle despierto toda la noche, así que organice su habitación de modo que nada perturbe su sueño reparador.
 
Elimine la luz que pueda afectar al sueño. El cuerpo humano utiliza la luz para crear ritmos circadianos y rutinas de sueño. Dormir con luz brillante en el dormitorio puede despertar partes del cerebro, impedir que descanses lo necesario y, a largo plazo, afectar a tu estado físico. Por no hablar de que la luz azul interfiere en el sueño. Este tipo de luz está presente en las pantallas de los dispositivos electrónicos e impide que nuestro cuerpo produzca melatonina, la hormona que provoca el sueño. Por este motivo, se recomienda apagar o sacar del dormitorio todos los dispositivos electrónicos antes de ir a dormir. Si no es posible apagar toda la luz de la habitación, se recomienda elegir luces rojas, que tienen una temperatura de color más baja y afectan menos al sueño.

Control de la temperatura

Los cambios de temperatura también pueden perturbar el sueño. Es posible que haya notado que le resulta difícil conciliar el sueño en las noches calurosas de verano o en las frías de invierno. Nuestro cuerpo se pone alerta cuando la temperatura cambia drásticamente o es demasiado cálida. En invierno, es más fácil regular nuestra temperatura corporal. Las mantas nos ayudan a mantenernos calientes en la cama. En verano, sin embargo, es más complicado. Sin aire acondicionado en la habitación, dormir es imposible. La mejor opción es instalar un aparato de aire acondicionado o utilizar un ventilador para mover el aire que entra por la ventana.
 
El frescor y el calor estacionales también pueden mejorarse con colchones adecuados. Existen colchones reversibles con caras de verano e invierno, que pueden potenciar las propiedades termorreguladoras del cuerpo.

Relajarte antes de dormir

Al final del día, es importante ralentizar tus actividades. Si el estrés que te impulsa durante el día sigue ahí por la noche, sólo conseguirás pasar una noche en vela. Leer, darse una ducha caliente, escuchar música tranquila o ver un programa cómico en la televisión son ejemplos de actividades que pueden desestresarle y relajarle, lo que redundará en un sueño reparador.

Duerme el tiempo que necesites

La cantidad de sueño necesaria es diferente para cada persona. Algunas personas se sienten mejor tras unas pocas horas de sueño, mientras que otras necesitan algunas horas más. Así que asegúrate de dormir todo lo que necesites, aunque sea una hazaña increíble para ti. No olvides dormir (muchas horas) los fines de semana. Si durante la semana no duermes todo lo que tu cuerpo necesita, aprovecha el sábado y el domingo.
 
Sin embargo, ten cuidado con las siestas. Las siestas maratonianas pueden parecer lo contrario, pero no ayudan. Debe ser un aliado, que te ayude a recuperar un poco de energía para aguantar hasta el final del día. La siesta ideal es de 10 ó 15 minutos.

Elige la almohada adecuada

Las almohadas son un factor muy importante para conseguir un buen descanso nocturno. Si quieres saber cómo elegir la almohada ideal puedes visitar nuestra sección de almohadas.

Compra un colchón que se adapte a tus necesidades

Si la almohada es un factor importante para dormir bien, el colchón lo es aún más. En nuestra tienda encontrarás un montón de modelos a elegir que seguro encajarán en tus necesidades. 

 

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