Cómo duermen los monos y qué nos enseña su forma de descansar
Los primates son nuestros parientes más cercanos en el reino animal, y por eso, estudiar cómo duermen los monos nos ayuda a entender mejor la evolución del sueño humano. Aunque cada especie tiene sus propias costumbres, todas comparten algo en común: el descanso es vital para la supervivencia y el bienestar.

Cómo duermen los babuinos
Los babuinos no descansan tumbados como nosotros, sino que duermen sentados. Se apoyan sobre sus patas traseras y mantienen un sueño ligero, siempre alerta ante posibles depredadores. Por eso no alcanzan un descanso tan profundo como los grandes primates.
Cómo duermen los chimpancés y otros grandes simios
Los chimpancés, orangutanes, bonobos y gorilas construyen nidos de ramas y hojas cada noche. Lo curioso es que estrenan “cama” todos los días, lo que hace que sus lugares de descanso acumulen menos bacterias que una cama humana promedio.
Un estudio de la Universidad Estatal de Carolina del Norte reveló que el 35% de las bacterias de la ropa de cama humana provienen de nuestro propio cuerpo (piel, boca, restos fecales). Los simios, en cambio, al renovar su nido a diario, mantienen un entorno de descanso más higiénico.
En cuanto a las horas, los chimpancés duermen unas 9-10 horas al día, con ciclos de unos 80 minutos, muy similares a los 90 minutos de los humanos.
Los monos y los trastornos del sueño
Al igual que las personas, los primates pueden desarrollar problemas de concentración y alteraciones emocionales si no duermen lo suficiente o si su sueño es interrumpido. Esto confirma que, tanto en animales como en humanos, el descanso de calidad es esencial para la salud física y mental.
Lo que los monos nos enseñan sobre el descanso humano
Los hábitos de sueño de los monos nos recuerdan algo esencial: no se trata solo de dormir muchas horas, sino de hacerlo en las condiciones adecuadas.
Ellos necesitan un entorno seguro y limpio para descansar; nosotros necesitamos un espacio cómodo, con un colchón y una base que favorezcan la postura y un ambiente que nos permita alcanzar un sueño profundo.
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Conclusión
Los monos, desde los babuinos que duermen sentados hasta los chimpancés que construyen nidos cada noche, nos muestran que el sueño es una necesidad compartida en la naturaleza. En nuestro caso, no construimos una cama nueva cada día, pero sí podemos cuidar la higiene y la calidad de nuestro equipo de descanso.
Así como los primates dependen de un entorno adecuado para dormir, nosotros también necesitamos un colchón cómodo, una almohada correcta y un espacio tranquilo para disfrutar de un sueño reparador.