¿Cómo saber si un colchón es viejo?

Después de 10 años de haber realizado la compra, independientemente del precio y el material, los colchones dejan de estar en condiciones óptimas, ya que se deterioran con el tiempo y el uso.

Pasamos casi un tercio de nuestra vida durmiendo. El lugar donde se duerme es crucial para que el tiempo de sueño sea bien restaurado y efectivo. Por muy bueno que sea cuando lo compres, con el tiempo tu colchón perderá su estado óptimo. Pero, ¿cómo saber cuándo es el momento de cambiar?

Los expertos de la Asociación Española de la Cama (ASOCAMA) no dudan en afirmar que lo mejor es cambiar el colchón cada 10 años como máximo. Pasado este tiempo, el colchón pierde sus propiedades como miembro perfecto de la familia de la ropa de cama.

Consejos y señales

Debido a errores en el proceso de fabricación o a nuestro propio cuidado y mantenimiento, los expertos afirman que un colchón puede haberse deteriorado antes de los 10 años.

Estos síntomas son señales claras de que ha llegado el momento de sustituir el colchón o, al menos, de revisarlo cuidadosamente.

El exterior del colchón está dañado o desgastado.
La superficie está suelta o arrugada, o parece que falta o sobra alguna parte de la funda del colchón.
No duermes tan bien como hace unos años.
Tienes menos energía, tienes sueño, te despiertas con dolor de espalda o cuello, etc., y te cuesta descansar.
En una cama que no es la suya, a pesar de los cambios, se está más cómodo y se duerme mejor.

Durmiendo uno al lado del otro, ambos caen hacia el centro de la cama y se frustran por la falta de espacio, o los movimientos de la otra persona se hacen mucho más notorios que antes.

Impactos negativos

Prestar atención a estas señales y recordar la fecha de compra del colchón es fundamental para garantizar que el colchón esté en perfecto estado y que nuestro descanso sea óptimo cada noche.

Si no prestamos atención a la vida útil de nuestros colchones, nos arriesgamos a sufrir estos efectos negativos

Cansancio: Si el colchón no está en perfectas condiciones, el descanso se interrumpe, impidiendo rendir al 100% durante el día y provocando cansancio, desánimo y mal humor. También reduce la concentración y la retención de energía y dificulta el control de las emociones.
Insomnio: las personas suelen dar vueltas en la cama porque no pueden dormir, a menudo en busca de posiciones que no encuentran debido a la pérdida de forma y estabilidad del colchón.
Dolor: los colchones viejos tienen varias superficies irregulares, lo que puede dificultar el sueño con la espalda recta, provocando dolores musculares, de espalda y de cuello.
Asmáticos y alérgicos: Si su colchón es demasiado viejo, significa que no sólo ha perdido su firmeza, sino que puede haber acumulado mucho polvo y ácaros con el tiempo. Como ya sabes, esto sólo puede provocar reacciones alérgicas y posibles enfermedades como el asma.