Sofá tántrico, ¿Qué es?

El sofá tántrico es un mueble un tanto especial, ya aunque por sus formas se puede usar para descansar al adaptarse muy bien a las curvaturas del cuerpo, en realidad su finalidad es otra muy distinta.

En concreto, este sofá está pensado para el sexo con nuestra pareja, sirviéndonos con el fin de que estemos cómodos a la hora de realizar posturas sexuales que de otro modo serían muy forzadas o incómodas para los dos miembros que las practican.

¿Cuándo aparece por primera vez?

Este tipo de sillón ya tiene algunos años y aunque seguro que viene de zonas como la India, en Europa la primera vez que se sabe de su existencia es a finales del siglo XIX, en concreto en 1880.

Un documental que la BBC hizo sobre Eduardo VII de Inglaterra nos mostraba una silla un tanto especial, que no era más que un sofá tántrico primitivo que este rey utilizaba para tener relaciones con dos mujeres a la vez sin esforzarse lo más mínimo.

Las posturas del kamasutra al alcance de todos

La rutina puede convertir en aburridos los encuentros sexuales y eso es algo que no podemos permitir, que el hábito se establezca en nuestras relaciones.

Es por eso por lo que muchas parejas acuden las posturas del kamasutra para experimentar nuevas sensaciones y pasarlo bien, pero cuando ven algunas de estas posturas se preguntan cómo llevarlas a cabo sin terminar en el hospital, en especial si alguno de los integrantes de la pareja tiene problemas de espalda.

Si nos fijamos en este sofá tántrico, tiene una forma un tanto extraña y a la vez cómoda, con un diseño que se ha pensado para que el cuerpo siempre esté sujeto, sin que se escurra en ningún momento.

Los ángulos se han diseñado para liberar la pelvis, con el din de que no se sobrecargue en ningún momento y las parejas puedan tener sexo durante horas sin que aparezca la fatiga que al final termina con los encuentros sexuales antes de lo deseado.

sofa tántrico

Acolchado perfecto para distribuir el peso

Entrando en cuestiones prácticas, cuando realizamos algunas posturas la distribución del peso es un problema, sobre todo si alguna de las dos personas posee bastantes más kilos que la otra.

Todos los sofás tántricos vienen con un acolchado muy grueso y su forma está pensada para que la distribución del peso sea lo más uniforme posible y así que nos podamos centrar en lo importante que en ese momento es disfrutar con nuestra pareja sin pensar en si la vamos a “aplastar”.

¿Cómo podemos probarlo?

Por suerte, probar uno de estos sillones es muy sencillo, ya que en todas las ciudades hay hoteles para parejas que tienen uno en las habitaciones.

De este modo, lo mejor que podemos hacer si nos interesa es acudir a uno de esos hoteles y practicar con nuestra pareja durante toda la noche para ver si nos convence y llevar uno a casa, ya que los precios actuales lo hacen muy asequible.

Si nos gusta podemos comprarlo

En el caso de que el sofá nos guste y haga nuestras relaciones sexuales más placenteras (para eso está diseñado) podemos comprar uno para nuestro dormitorio, pues hay muchas tiendas que los veden.

A través de Internet es posible encontrar decenas de sitios para comprarlos a precios muy asequibles, más baratos que un sofá normal, por lo que es una buena inversión que hará las relaciones sexuales más divertidas y dejar la rutina atrás con nuestra pareja de una vez por todas.

Tienen unos diseños bastante discretos, pues no dejan de ser sofás con curvas que parecen hechos para descansar y además por su proliferación ahora se adaptan a cualquier tipo de decoración, pues se pueden encontrar con varios tipos de tapizados y de colores distintos.

La creatividad surgirá de forma automática

Es verdad que en un sofá tántrico ya hay varias posturas que podemos realizar y consultar en cualquier web, pero lo mejor es dejarse llevar por el ardor del momento e imaginar formas de hacer el amor usando su acolchado y sus curvas.

Nada mejor que la creatividad para disfrutar de esos momentos, aunque podemos romper el hielo con posturas como la doma, el perrito o la cabalgata, con nombres tan explícitos que no hace falta que expliquemos nada más.

Hay que elegir un tapizado de fácil limpieza

Cuando hablamos de tapizados siempre hay que tener en cuenta la limpieza, sin embargo, en este caso es más importante que nunca por motivos más que obvios.

Cuando compremos uno tendremos muy en cuenta el tipo de tapizado que tiene para poder no solo limpiarlo, sino higienizarlo con algún producto como el alcohol en spray que tan de moda está y dejarlo listo para el siguiente uso.

Aquí están “prohibidas” las tapicerías de tela, porosas o de micofriba y habrá que optar por materiales como la polipiel, que admiten líquidos sin mancharse y que nos dejarán usar productos de limpieza más agresivos.

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