Alfombras clásicas, un toque de estilo para tu hogar

 Decorar tu hogar con alfombras clásicas es siempre una buena opción, tanto el invierno como en verano. Al contrario de lo que se cree, las alfombras no deberían guardarse con la llegada de la primavera para volver a sacarse con la llegada del frío. Como parte de la decoración, las alfombras deberían tener la misma permanencia que una lámpara o un jarrón en nuestros interiores. Además, cumplen con una función única y beneficiosa, perdurable durante todo el año: aislan nuestros interiores tanto del frío como del calor y amortiguan los ruidos procedentes tanto de los pisos inferiores como de la calle.

Ejemplos de decoración usando alfombras de estilo clásico

Estas alfombras poseen esa belleza única, propia de lo tradicional y de lo hecho a mano. Sus estampados geométricos y florales le dan un toque de estilo y elegancia a la decoración de tu hogar. Realizadas en lana de alta calidad, mezclada con fibras de algodón y seda, las alfombras, tal como las conocemos ahora, tienen su orígen en las famosas alfombras persas, procedentes de regiones de la zona kurda, turca, iraní o siria.
 
Las tribus nómadas y pueblos de estas zonas aislaban sus tiendas y casas con alfombras y tapices, que realizaban anudando lana de sus ovejas a hilos de algodón ceñidos a un telar tradicional. Los dibujos que creaban para sus alfombras se basaban en patrones repetidos, inspirados en la naturaleza (flores, motivos vegetales, animales...) o en formas geométricas.  Para darles color a los hilos de lana, utilizaban tintes naturales procedentes de plantas y flores, que después irían intercalando y anudando, hasta conseguir los dibujos deseados. De la densidad del anudado dependerá el peso, la calidad de la pieza y por tanto el precio. 
 
Algunas de las alfombras más famosas son las Kashan, las Tabriz o las Isfahán, modelos que llevan el nombre de los pueblos y ciudades persas donde eran elaboradas. Cada una tenía su particularidad, ya sea por los patrones que utilizaban, por sus  colores o por su nivel de sofisticación. 
 
Las alfombras Kashan probablemente sean de las mejores. Procedentes de la zona de Irán, se las distingue por la alta calidad de la lana utilizada, extraordinaria densidad de su anudado y la belleza de sus estampados y colores. Estas alfombras cuentan con una particularidad en cuanto al diseño de su patrón: su fondo está presidido por un medallón central, adornado en su parte inferior y superior con dos coronas de flores. El resto de la decoración se basa en follaje y flores entrelazados. La composición se completa con un marco doble con una franja central, decorada con rosetones y medallones más pequeños, que imitan en miniatura la forma del principal. Los colores predominantes en estas moquetas son el rojo teja y el azul oscuro, combinado con tonos tierra más claros. 
 
Por su parte, las alfombras Tabriz, quizás las más conocidas porque fueron de las primeras que se destinaron a la exportación. A diferencia de las Kashan, éstas no se distinguen por un color en concreto, pero sí por sus motivos decorativos: flores y un medallón central, adornado con árboles, arbustos y hojas de gran tamaño. También encontramos modelos que lucen motivos vegetales y animales. El borde, a diferencia del anterior que contaba con dos bandas, cuenta con tres decoradas siguiendo con la temática vegetal.
 
Por último, las alfombras Isfahán, se diferencia de las demás por su decoración meramente floral, presidida por un medallón central o un jarrón lleno de flores, rebosante de ramas que ocupan todo el espacio libre. Generalmente, el motivo central se repite en las cuatro esquinas y se remata con un borde central, flanqueado por dos bandas más estrechas decoradas con rosetones y guirnaldas, que son a su vez, acompañadas por dos bandas más finas. La variedad de colores y la belleza de su ornamentación son las que aportan riqueza al conjunto.
 
Alfombras contemporáneas, un ejemplo de como quedan en el hogar
 
Éstos son algunos de los modelos más conocidos y comunes, pero existen muchísimos más, igualmente bellos e interesantes. Dependiendo del tipo de decoración que tengas en casa, se te recomendará que escojas un modelo más sencillo u otro más ornamentado. Los colores y los estampados de las alfombras serán decisivos, porque de ellos dependerá tu elección y la forma en que los combines con tu decoración.
 
Estas alfombras son el complemento perfecto para hogares de estilo tradicional, decorados con muebles de madera en tonos naturales y oscuros, lámparas de brazos con pantalla o arañas de cristal, y sofás tapizados en piel natural o textiles ricos en detalles. Las alfombras persas han sido siempre sinónimo de exotismo, belleza y alta calidad, por lo que además de aportar belleza y elegancia a tu hogar, le aportarán riqueza y carácter. 
 
Si, por el contrario, eres de los que ama este tipo de alfombras pero la decoración de tu casa es más bien moderna, urbana o con un estilo más bohemio, escoger una alfombra clásica no es una idea descabellada. Pueden quedar preciosas y aportar el contraste ideal que necesitan tus interiores. Combinadas con otras alfombras más lisas y modernas, el resultado será perfecto. 
 
A nosotros, particularmente, nos encanta utilizarlas en interiores de estilo bohemio, superpuestas con otras alfombras contemporáneas, ocupando todo el salón y comedor, revistiendo todo el suelo. Las alfombras se convierten en una moqueta de distintos estampados, formas y colores similares que casan a la perfección. En este caso, los muebles ideales para complementar esta propuesta decorativa son diversos, que pueden ir desde piezas esencialmente modernas, hasta otros más rústicos o vintage, reutilizados, repitados en color o tapizados con colores brillantes. El estilo bohemio se basa en la mezcla, la reutilización y el encanto de lo recuperado. El máximo exponente de un interior bohemio puede ser la caravana o tienda de una tribu romaní. Todo tiene ese toque relajado, artístico y exótico.
 
Si quieres combinar éstas con otras alfombras de exterior, trata de hacer casar los colores y las texturas, y el resultado será perfecto. Prueba a mezclar una alfombra clásica de estilo persa con otra de exterior de sisal o cáñamo, para colocarla en un patio o porche junto a muebles de terraza de madera o bambú. 
 
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