Las sugerencias acerca del plazo de renovación van desde los 8 hasta los 10 años. Durante este plazo de tiempo, los elementos de descanso estarán perdiendo efectividad y calidad, hasta llegar a un punto en el que su utilización perjudica el descanso.
Para llegar a este plazo, lo idóneo es obtener un desgaste que sea homogéneo y progresivo. Por tal razón, hay que seguir unos procedimientos simples para su conservación, es decir, una colchoneta que no se haya volteado y rotado lo suficiente, perderá sus propiedades apresuradamente.
¿Qué son los ácaros y dónde están?
Los ácaros son insectos que forman parte de la familia de arácnidos y no pueden ser visibles a simple vista.
Ellos viven en el polvo y están diariamente en toda clase de tejidos como los colchones, las almohadas, cortinas, la ropa de cama y las alfombras.
¿Cómo saber si tienes ácaros en el colchón?
La cama es el lugar preferido de los ácaros para disfrutar su día a día. De hecho, puedes dormir en ella sin conocer que tu
colchón posee millones de ácaros… ¿Y cómo podrás descubrirlo? ¡Si estás atento a estos síntomas!
- Fatiga: Notarás que no puedes descansar bien en el colchón.
- Tos: Cuando te acuestas en tu cama la tos comienza a intensificarse.
- Eczemas: Puede que cuando te levantes durante la mañana, poseas algunas áreas de la cara y el cuello con sarpullidos o eczemas. La piel se te puede irritar y por ende, te aparecerán granos.
- Alergia: Si padeces de alguna alergia, pues las sintomatologías se irán intensificando cuando estés en el colchón, tales como: la mucosidad, presión en el pecho, picor de nariz y estornudos.
- Picor: Si algún área de tu cuerpo te pica bastante, entonces es una señal de ácaros que están en la colchoneta.
¿Cómo evitar la proliferación de ácaros?
¿Te gustaría aprender cómo evitar la proliferación de ácaros? Si la respuesta es afirmativa, no debes dejar de leer el listado que hemos preparado para ti.
Revísalo a profundidad para que no te pierdas los detalles:
Trata de ventilar bien tu dormitorio
Esto es primordial, así te preocupen o no los ácaros, encárgate de abrir la ventana cuando te despiertes cada día para que tu habitación se pueda ventilar de forma correcta.
Después de 8 horas durmiendo, el aire de la habitación se carga y hay que llenarla de aire nuevo y fresco. De este modo, el calor que se acumula por la noche y la humedad del cuarto saldrán por la ventana junto al mal olor.
Además, mientras ventilas tu habitación, es preferible que entre la luz que emana el sol, específicamente si incurre en aquellas zonas donde se crean más ácaros.
Es fundamental que la humedad del cuarto esté por debajo del 50%, debido a que esta auxilia a la proliferación de todos los ácaros. Para esto, además de la aireación, también se utilizan los deshumidificadores eléctricos o naturales.
No hagas tu cama de forma rápida
La cama tiene que airearse y para lograr esto, debes dejarla abierta por un largo rato. Por ende, al igual que el resto del cuarto, ya que se podrá ir ventilando, controlando la humedad y el calor que has dejado en la colchoneta.
Espera aunque sea una hora y procura que el colchón y la almohada se encuentren fríos y pierdan ese calor. De este modo, será imposible que los ácaros puedan proliferarse.
Lavar y cambiar tu ropa de cama es algo importante dentro de los hábitos higiénicos personales y domésticos. Es algo que muchas personas suelen olvidar y que es tan fundamental como bañarse todos los días.
En las sábanas, se pueden acumular restos de piel muerta, las cuales sirven de alimento para los molestosos ácaros, por eso es mejor mantenerla limpia.
En medio de la noche, las sábanas absorben fluidos corporales de tu cuerpo, tales como: la saliva, la orina, la sangre, el sudor, entre otros. Esto no es agradable para llevar a cabo tu descanso, pero sí para esos ácaros.